Cambiar el foco de la transacción a la relación, no es una opción. Ahora bien, siempre y cuando tu apuesta sea por la sostenibilidad, la consistencia y el futuro. En un mundo en el que todo va muy rápido, que nos lleva al cortoplacismo y a la inmediatez, cada vez se va a valorar más la apuesta por el futuro y por las relaciones.
Porque si bien los resultados de este cambio de paradigma se ven desde el primer minuto, su potencia aumenta conforme pasa el tiempo.
Tradicionalmente, buscábamos la transacción con nuestros clientes y luego trabajábamos la relación, a través de planes de fidelización y otros. Y no es que ahora no busquemos la transacción ¡es imprescindible! , sino que el orden ha cambiado. Primero, relación y luego transacción.
Este cambio no solo afecta a relación con nuestros clientes sino también con nuestros equipos.
Igual que hoy un buen producto o servicio, ya no es suficiente, es lo mínimo esperable. Los salarios para nuestros equipos tampoco son suficiente.
Es vital cuidar las relaciones, ya que nuestra marca está en sus manos. Las personas que forman tus equipos son el verdadero valor de tu empresa, la que la hace única y diferente.
La manera que conozco de conectar entre personas es la emoción. En un mundo donde cada vez se aprecia más la transparencia pero donde se convive con el postureo, la emoción es lo más auténtico y genuino. Conectemos con las emociones, porque las emociones son verdad, no mienten.
¡Ahora bien, trabajemos para crear emociones positivas, las negativas también existen y su impacto es demoledor! Y lo peor es que tendremos muy pocas oportunidades de enmendar una emoción negativa.
Los seres humanos nos creemos muy lógicos a la hora de tomar decisiones, pero estudios y la propia biología nos hablan del peso de la parte más emocional de nuestro cerebro.
Os invito a explorar las emociones y la nueva forma de relacionarse entre las marcas y las personas.